Toda innovación, en sus inicios y para incorporarse al uso cotidiano, generalmente es mal vista y hasta combatida por la industria y por todos quienes producen artículos con los sistemas tradicionales. Esto es natural porque tales productores se ven afectados con dicha innovación que, por regla general, posibilita mejores y más baratos artículos para el consumidor.
Si como indica la teoría, se apoyase siempre todo lo que puede ser mejor para el consumidor, hoy en día estaríamos disfrutando de muchos más y mejores satisfactores para nuestro bienestar y comodidad. Sin embargo las cosas no son así. Por lo general los grandes capitales detrás de las industrias están destinados sólo a hacer más dinero y no precisamente a beneficiar de verdad a la población. Un buen ejemplo lo tenemos con los automóviles que de ninguna manera tienden a ser más baratos, sino más bien a contar con más sofisticación y no como lo intentó hacer en su tiempo, con cierto éxito, Henry Ford cuando dijo que quería hacer automóviles que estuviesen al alcance de todo mundo.
Mucho tiene que ver la situación que vivimos con la publicidad que hacen las grandes empresas, generalmente extranjeras.
Si tú que has visto y entendido los desarrollos de “Yonto Innovaciones” tienes interés en trabajar y arriesgar algo de tu dinero en el intento de mejorar de verdad equipos y dispositivos mecánicos, comunícate conmigo.
Gracias.
Ildefonso Hernández Cervantes
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